En clase de religión la profe me ha dicho que todos los seres vivos son almas de Dios. Que todos irán al cielo cuando mueran. Le he preguntado que si también los bichitos van, porque yo quiero mucho a mis gusanitos de seda y a mi caracol. Le ha costado admitirlo pero al fin me ha dicho que para ellos hay un cielo especial, donde van las hormigas, las moscas y demás cosas con almas insignificantes. Cuando le he preguntado qué es insignificante me ha contestado con cara de fastidio que es algo que vale muy poco. Pero yo le he dicho que las mariposas son preciosas, que su alma no podía valer poco. Y resoplando me ha contestado que sí, porque es un bicho diminuto que no vale para nada, y se acabó.
A mí no me importa. Yo cuando me muera quiero ir al cielo de las mariposas. Seguro que allí estará mi abuelo sentado en su butaca con mis gusanitos del año pasado. Y como tendremos todo el tiempo del mundo da igual que lo perdamos jugando con mis bichitos. Aunque mi padre y la profe estén refunfuñando desde el cielo de las personas importantes.
4 comentarios:
Frecuencias diferentes. Ellos siguen en la que muchos no deberíamos haber abandonado, consciente o inconscientemente.
Precioso!!! Los niños y los ancianos saben realmente las cosas en las que merece la pena perder el tiempo. Me ha encantado. Yo también quiero ir al cielo de las mariposas
Saludillos
Sara, ¡lo tienes que enviar a certámenes!
MONTSE: Qué razón tienes. Se mueven en otra frecuencia. Lo triste es que la mayoría de nosotros ya no somos capaces de sintonizarla por mucho que lo intentemos. Estamos enfermos de adultez.
PUCK: Gracias, preciosa. Es lo que ya he dicho, los niños por niños saben la importancia de las cosas pequeñas y los ancianos, por ancianos, han aprendido a darle la importancia justa a cada cosa. Ah, yo también quiero ir allí. ;-)
MIGUEL ÁNGEL, eres un cielo. Me alegro de que te haya gustado. Ya veré si te hago caso aunque en la mayoría de los certámenes los micros tienen que ser inéditos. De todos modos, me sube la moral que te guste tanto.
A todos tres un besazo enorme.
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