lunes, 5 de marzo de 2012

Directo al corazón

El bisturí cortaba piel, grasa, músculo, hasta que topó con el alma. Un choque tan brusco que la hoja saltó y se le clavó en el corazón.

7 comentarios:

CDG dijo...

A veces el alma no solo existe, si no que pesa tanto que provoca estragos hasta en el corazón, como bien dices. Preciso tu micro, como el nombre de tu blog, como el bisturí.
Un saludo.

Luisa Hurtado González dijo...

Son 21 gramos lo que pesa el alma, parece poco pero es más que suficiente como para hacernos creer que todo es más de lo que a simple vista parece.
Un beso, Luisa.

Maite dijo...

Sin alma, el corazón se despedaza.

Rosa dijo...

Me gusta mucho.

Besos desde el aire

Nicolás Jarque dijo...

Sara, el alma es imposible de manipular, a pesar de su inexistencia,se ha demostrado que todo lo puede. Incluso se habla de las almas errantes que carecen de cuerpo. De todo ello te podría hablar mejor que yo un tal Iker Jimenez. :)p

Me gustó esa idea que planteas.

Un abrazo.

Elysa dijo...

En este caso tener alma resultó mortal. Impactante.

Besitos

MJ dijo...

Se me ocurre un refrán que le viene al pelo: Quien a hierro mata... a hierro muere.
Incisivo micro, Sara. Me suena mucho ¿dónde lo he visto yo antes? ;-)

Un beso.